Antecedentes de la Auditoría Administrativa
La auditoría es casi tan antigua como la civilización misma. Se
empleaba en el viejo Egipto, en el imperio Romano, al igual que en
los grandes establecimientos mercantiles de la Edad Media. Surge
como respuesta a la necesidad de “llevar un registro de todas las
actividades económicas diarias, las cuales se revisaban y se
sumarizaban por mes y por año”. Esta técnica de control, al igual
que otras, ha evolucionado respondiendo así a las necesidades
básicas de cada acción, según lo que se pretenda realizar. En esta
transformación, se han distinguido cuatro cambios fundamentales,
los cuales responden a las fases que a continuación se describen.
PRIMERA FASE. En un comienzo, la auditoría contable consistía primordialmente en un trabajo de mera vigilancia, sus objetivos eran:
a) descubrir fraudes,
b) detectar errores técnicos
c) revelar errores de principios
“Durante el siglo XX se hizo cada vez más frecuente acudir a personas externas a la organización y diestras en la teneduría de libros, para investigar quiebras, disputas respecto a cuentas y, hasta cierto grado, llevar los libros de los comercios. Muchos factores contribuyeron al crecimiento de la contaduría como profesión. En los primeros 30 años de ese siglo, se vislumbraba un periodo de rápido crecimiento industrial y la profesión contable creció como consecuencia en parte del crecimiento económico”. Conforme creció la profesión de contador público, su función más conocida la auditoría, también sufrió dramáticos cambios, tanto en lo objetivo como en las técnicas usadas. El campo se centraba en el análisis puramente financiero, y el “balance” era el documento de mayor importancia, pero todas estas limitaciones dieron pie a diversos avances en materia de auditoría.
SEGUNDA FASE. Las actividades de las empresas se volvían cada vez más complicadas, y a pasos agigantados el factor tiempo demandaba mayor atención, entonces se determinó que el auditor no debía permanecer ajeno a la organización. Es decir, se prefería capacitar a un empleado miembro de la compañía, a fin de que él desarrollara la labor y la revisión del control interno. Santillana González lo definió como “auditoría interna”, que es la “función independiente de evaluación establecida dentro de una organización, para examinar y evaluar sus actividades como un servicio a la organización”. Ese fue la primera modificación que sufrió la auditoria. Con el paso de los años, se presentó otro cambio fundamental, que consistió en evaluar no sólo aspectos relacionados a la exactitud de los estados financieros, sino también, revisar algunos procedimientos u operaciones relacionadas con los registros contables, los cuales permitiría establecer mecanismos de control que determinarían posibles fraudes. Este tipo de auditoría no elimina a la auditoría contable, sino más bien la complementa.
TERCER FASE. En busca de un mejor desempeño organizacional, el auditor, empieza a incursionar en otras operaciones no exclusivas de los aspectos contables, dando lugar a la auditoría operacional, que surge como respuesta a las necesidades de las empresas más grandes que tienen mayores dificultades: “Los directivos tenían que responder a situaciones más generales, descuidando las actividades operacionales de las distintas funciones de las empresas, por ello determinan crear grupos de trabajo dirigidos por una persona de mayor jerarquía, a fin de analizar la eficiencia de las operaciones. Se plantean el cómo y por qué se hacen las cosas tratando de medir la eficiencia, eficacia y economía con que están siendo utilizados los recursos”. Este tipo de auditoría por lo general es de carácter “temporal”, enfocada a cada operación objeto de estudio.
CUARTA FASE. Con el paso del tiempo, cada vez se hizo más frecuente y valiosa la necesidad de poder evaluar no sólo aspectos administrativo-financieros, sino netamente administrativos, esto originó una nueva evolución en la auditoría y es así como nace la auditoría administrativa. Este tipo de auditoría lo que pretende evaluar es el cómo los dirigentes de la empresa están utilizando la metodología de trabajo que les marca la ciencia administrativa. En pocas palabras, expresa si se está “trabajando adecuadamente los elementos del proceso administrativo, su interacción y los principios que esta ciencia les aporta para el manejo eficiente de los recursos de la empresa”. Actualmente se avizora el nacimiento de una nueva tendencia en cuanto a la auditoría, esta responde a la necesidad de mostrar un panorama completo de la organización. Se identifica a esta técnica como “la evaluación integral”, y se define como “la metodología mediante la cual se estudian, analizan y evalúan las fuerzas, debilidades, amenazas y oportunidades de la empresa, evalúa y analiza el entorno de la organización, su base legal, estructura, planes, programas, sistemas y controles”
Giovanni Mori Ramirez, Redactor y Fotógrafo Freelance. Dios te bendiga. ¡Deja tu comentario! ¡¡¡Gracias por tu Visita y No olvides regresar!!!
PRIMERA FASE. En un comienzo, la auditoría contable consistía primordialmente en un trabajo de mera vigilancia, sus objetivos eran:
a) descubrir fraudes,
b) detectar errores técnicos
c) revelar errores de principios
“Durante el siglo XX se hizo cada vez más frecuente acudir a personas externas a la organización y diestras en la teneduría de libros, para investigar quiebras, disputas respecto a cuentas y, hasta cierto grado, llevar los libros de los comercios. Muchos factores contribuyeron al crecimiento de la contaduría como profesión. En los primeros 30 años de ese siglo, se vislumbraba un periodo de rápido crecimiento industrial y la profesión contable creció como consecuencia en parte del crecimiento económico”. Conforme creció la profesión de contador público, su función más conocida la auditoría, también sufrió dramáticos cambios, tanto en lo objetivo como en las técnicas usadas. El campo se centraba en el análisis puramente financiero, y el “balance” era el documento de mayor importancia, pero todas estas limitaciones dieron pie a diversos avances en materia de auditoría.
SEGUNDA FASE. Las actividades de las empresas se volvían cada vez más complicadas, y a pasos agigantados el factor tiempo demandaba mayor atención, entonces se determinó que el auditor no debía permanecer ajeno a la organización. Es decir, se prefería capacitar a un empleado miembro de la compañía, a fin de que él desarrollara la labor y la revisión del control interno. Santillana González lo definió como “auditoría interna”, que es la “función independiente de evaluación establecida dentro de una organización, para examinar y evaluar sus actividades como un servicio a la organización”. Ese fue la primera modificación que sufrió la auditoria. Con el paso de los años, se presentó otro cambio fundamental, que consistió en evaluar no sólo aspectos relacionados a la exactitud de los estados financieros, sino también, revisar algunos procedimientos u operaciones relacionadas con los registros contables, los cuales permitiría establecer mecanismos de control que determinarían posibles fraudes. Este tipo de auditoría no elimina a la auditoría contable, sino más bien la complementa.
TERCER FASE. En busca de un mejor desempeño organizacional, el auditor, empieza a incursionar en otras operaciones no exclusivas de los aspectos contables, dando lugar a la auditoría operacional, que surge como respuesta a las necesidades de las empresas más grandes que tienen mayores dificultades: “Los directivos tenían que responder a situaciones más generales, descuidando las actividades operacionales de las distintas funciones de las empresas, por ello determinan crear grupos de trabajo dirigidos por una persona de mayor jerarquía, a fin de analizar la eficiencia de las operaciones. Se plantean el cómo y por qué se hacen las cosas tratando de medir la eficiencia, eficacia y economía con que están siendo utilizados los recursos”. Este tipo de auditoría por lo general es de carácter “temporal”, enfocada a cada operación objeto de estudio.
CUARTA FASE. Con el paso del tiempo, cada vez se hizo más frecuente y valiosa la necesidad de poder evaluar no sólo aspectos administrativo-financieros, sino netamente administrativos, esto originó una nueva evolución en la auditoría y es así como nace la auditoría administrativa. Este tipo de auditoría lo que pretende evaluar es el cómo los dirigentes de la empresa están utilizando la metodología de trabajo que les marca la ciencia administrativa. En pocas palabras, expresa si se está “trabajando adecuadamente los elementos del proceso administrativo, su interacción y los principios que esta ciencia les aporta para el manejo eficiente de los recursos de la empresa”. Actualmente se avizora el nacimiento de una nueva tendencia en cuanto a la auditoría, esta responde a la necesidad de mostrar un panorama completo de la organización. Se identifica a esta técnica como “la evaluación integral”, y se define como “la metodología mediante la cual se estudian, analizan y evalúan las fuerzas, debilidades, amenazas y oportunidades de la empresa, evalúa y analiza el entorno de la organización, su base legal, estructura, planes, programas, sistemas y controles”
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