Una mañana en soledad
Yo sé que en algún momento de tu vida te habrás despertado un domingo, tras la luz del sol y en tu cuarto el silencio. Instantáneamente tu mente te ha transportado al peor momento de tu vida, donde las galerías del alma guarda algo que te desestabiliza las emociones. Y en eso...
Los recuerdos asaltan tu mente, salen como el agua de una quebrada dispuesto a generar un sonido estridente en tus oídos, penetran tu sistema nervioso y una lágrima brota de tus ojos, resbalando mientras el corazón solo asiente a latir.
No importa si la habitación es cálida, si vives en clima caluroso o frío. No importa si tienes casa propio o pagar la renta mensual. Tus latidos acelerados demuestran los síntomas de tu inefable debilidad. Fue una tarde a la salida del hospital donde mi madre me traicionó haciendo parecer que yo había tomado una decisión de separarnos a la mujer que justamente yo le había prometido que estaría con ella y viviríamos juntos.
Aquella traición de mi propia madre significó una cadena de rencor horrenda que arrastré durante años, desde el 2009 hasta el 2015. Ninguno de ustedes se imagina qué es vivir odiando a tu progenitora y amándola a la vez. Cuando ella se separó de su esposo porque le era infiel yo disfruté día a día de eso. ¿Por qué lo hizo? Según ella porque yo no estaba preparado económicamente para superar esto. ¡Pero a quién le importa! ¡Qué le importaba a ella! Porque debido a eso se fracturó irreparablemente la relación entre la madre de mi hija y yo.
El tiempo ya pasó y dos ancianos que oraban por mí provocaron que se rompiera la cadena de dolor que venía arrastrando. Cuando trabajas para Dios nunca es en vano, él te libera, él rompe tus cadenas, solo debes ser leal a Jesús y guardar paciencia de los tiempos perfectos en él. Hoy me siento libre pero me he acostumbrado a mirar de lejos todo.
Y cuando miro de cerca mi cuarto a solas y un rayo de esperanza entra ni siquiera por mi puerta o mi ventana, sino por mi ordenador. Aprendo a reconocer que una mañana en soledad no existe, porque cuando parece que estás solo, tienes a un ángel de Dios cuidándote a tu lado. Las lágrimas las limpia nuestro Dios.
Giovanni Mori Escritor y Fotógrafo Freelance. Dios te bendiga. ¡Deja tu comentario! ¡¡¡Gracias por tu Visita y No olvides regresar!!!
Los recuerdos asaltan tu mente, salen como el agua de una quebrada dispuesto a generar un sonido estridente en tus oídos, penetran tu sistema nervioso y una lágrima brota de tus ojos, resbalando mientras el corazón solo asiente a latir.
No importa si la habitación es cálida, si vives en clima caluroso o frío. No importa si tienes casa propio o pagar la renta mensual. Tus latidos acelerados demuestran los síntomas de tu inefable debilidad. Fue una tarde a la salida del hospital donde mi madre me traicionó haciendo parecer que yo había tomado una decisión de separarnos a la mujer que justamente yo le había prometido que estaría con ella y viviríamos juntos.
Aquella traición de mi propia madre significó una cadena de rencor horrenda que arrastré durante años, desde el 2009 hasta el 2015. Ninguno de ustedes se imagina qué es vivir odiando a tu progenitora y amándola a la vez. Cuando ella se separó de su esposo porque le era infiel yo disfruté día a día de eso. ¿Por qué lo hizo? Según ella porque yo no estaba preparado económicamente para superar esto. ¡Pero a quién le importa! ¡Qué le importaba a ella! Porque debido a eso se fracturó irreparablemente la relación entre la madre de mi hija y yo.
El tiempo ya pasó y dos ancianos que oraban por mí provocaron que se rompiera la cadena de dolor que venía arrastrando. Cuando trabajas para Dios nunca es en vano, él te libera, él rompe tus cadenas, solo debes ser leal a Jesús y guardar paciencia de los tiempos perfectos en él. Hoy me siento libre pero me he acostumbrado a mirar de lejos todo.
Y cuando miro de cerca mi cuarto a solas y un rayo de esperanza entra ni siquiera por mi puerta o mi ventana, sino por mi ordenador. Aprendo a reconocer que una mañana en soledad no existe, porque cuando parece que estás solo, tienes a un ángel de Dios cuidándote a tu lado. Las lágrimas las limpia nuestro Dios.
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