La falsa alegría perfecto camuflaje

"La falsa alegría perfecto camuflaje de la más profunda tristeza. Una sonrisa tuya es una invitación a que nazca en mi una..." Interesante redacción para reflexionar enviado por un colaborador de Traslador Web.

de Yayaris

Desde tiempos remotos, queda demostrado que Nuestra naturaleza humana nos impide ser islas, y nos exige ser sociedad, ya que nadie puede vivir aislado del mundo en que lo rodea, necesariamente se tienen que crear lazos de vida, y con ella nace la convivencia, teniendo como motor de la convivencia la comunicación entre los miembros de una misma familia, en este caso la especie homo sapiens sapiens.

Nuestra vida cotidiana nos pide ser parte de la sociedad, sin embargo aunque tengamos la misma morfología humana, también queda demostrado que cada integrante de una misma familia ostenta una personalidad distinta a la otra; por ello es que cada individuo es único irrepetible e incomparable al otro. Como también es por eso que cada persona es un mundo distinto que descubrir, lo que nos obliga a aceptarnos unos a otros como miembros de una misma sociedad, y, porque no decir una misma familia humana.

Para ser realista, es precisamente este punto el que impone muchas veces a crear falsas alegrías que encajan como perfecto camuflaje de la más profunda tristeza. Digo esto fundamentado en la realidad, ya que no todo grupo social acepta a una persona tal y como es, sino la crítica y le exige manifestar comportamiento distinto. Con lo cual queda demostrado que aquellas personas que tienen que fingir alguien que no son jamás podrán ser felices, porque la sociedad los mutiló. Les impidió soñar, creer, fortalecerse como seres humanos, y perder la esperanza de alcanzar sus metas. Porque siempre manifestaran ser quienes no son.

Muchas veces a estas personas se les podrá ver muy alegres, divertidos, amistosos. Sin embargo, solo aquellos que se dieron la oportunidad de conocerlos tendrán la dicha de conocer un mundo distinto al suyo; así mismo notaran sus profundos vacíos, sus profundas penas, sobretodo su falsa alegría para aquella sociedad que los mutiló de la oportunidad de ser únicos.

Recordatorio:

No todos somos moneditas de oro para caerle bien a todos, pero si somos seres humanos únicos irrepetibles e incomparables; amémonos a nosotros mismos.

"Artículo Redactado por un Colaborador de Traslador web"

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